Sunday 2 May 2010

Despedida

Sólo considerarlo parecía una necedad. Difícil pensar que en su situación pudiera tener una idea semejante; más extraño aún que lo piense en absoluta sobriedad, con la mente clara y la frialdad del que resuelve un mundano problema.

Dejarla ir, olvidarse de ella y abrir así la puerta a que ella se olvide de él.

La decisión tomada durante el almuerzo, un café, un pan, y una brillante idea mientras hojeaba el semanario político de la izquierda local.

No espera que vuelva, no hay amorosas consideraciones incluídas, ni la egoísta y pueril esperanza del que supone que la ausencia alimentará el cariño. Como el padre que orgulloso contempla la partida de sus hijos, sin rencor, sin arrepentimiento. Es momento de despedirse de ella, seguir de una vez con lo que le resta de vida.

Después de cálculos y cavilaciones decide que un texto es el medio indicado. Absurdo es pensar que asuntos tan importantes deberían tratarse en persona, las confrontaciones son imprácticas e ineficientes. Las emociones tienden a tomar el control cuando uno enfrenta al ser amado; tienen una irritante facilidad para obviar tu racionalidad y meditadas convicciones. Vaya, que las emociones son un lujo que no se puede permitir, conciernen sólo a la gente de probada entereza; a él le provocan terror.

Un texto será mejor,claro y conciso. Devastador. Un texto que refleje el profundo dolor que siente, que abarque la inmensidad del vacío que su partida deja. Una carta, que en cada palabra derrame lágrimas y sueños, ilusiones, recuerdos. En cada letra un mundo infinito, un arrepentimiento. Un punto final como el de una historia, una vida, una era, como una consecuencia. Después, la nostalgia.

Adiós.

3 comments:

  1. Como siempre un placer leerte, me haces recordar que vale la pena la espera...
    Te amo

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  2. "Lo acosarán interminablemente los recuerdos sagrados y triviales que son nuestro destino, esas mortales memorias vastas como un continente,
    Dios o Tal Vez o Nadie, yo te pido su inagotable imagen, no el olvido". JLB

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  3. Uy, Borges. Golpe bajo.

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